D. SEBASTIÁN GARCÍA DE HUERTAS.


Nació en La Guardia (Toledo) el 20-I-1576 y murió en Madrid el 12-VIII-1644. Hijo de Alonso García, natural de El Romeral y de Bárbara de Huerta de La Guardia. Fue bautizado, el 1 –II-1576, en la parroquia de la villa, donde se educó a la sombra de su tío materno Luis de Huerta, párroco de la misma.

      Fue también protegido por otro tío suyo, licenciado Francisco de Huerta, arcipreste de Toledo, quien se lo llevo al Seminario a estudiar. Este fue el padrino de “misa cantada” de Lope de Vega, cuando se hizo sacerdote después de enviudar. Por este motivo, conocía el poeta Ocaña y esta localidad, escribiendo un “paso o auto sacramental” referido al Santo Niño.

Recibidas las órdenes sagradas (1597) D. Sebastián, sirvió en las capellanías del Convento de Santo Domingo el Antiguo fundadas por el Dean D. Diego de Castilla, deán catedralicio y protector del Greco. En dicho convento está enterrado el citado D. Sebastián

En el 1607 paso al servicio del Cardenal-Arzobispo Sandoval de Rojas siendo su secretario perpetuo de cámara, racionero de la catedral primada, y protonotario apostólico. Es por entonces cuando  presenta al citado Cardenal a Miguel de Cervantes, haciéndose protector del autor de D. Quijote de la Mancha.

Muerto el Cardenal Sandoval de Rojas, Felipe III, le nombra en 1616 Secretario de S. M. en el Real Consejo Supremo de la Santa y General Inquisición, en cuyo cargo permaneció durante el reinado de Felipe IV hasta su muerte en Madrid (1644)

Amante de su pueblo natal, hombre sin duda de singular piedad mariana, rico, mecenas y de exquisito sentido artístico, erigió y dotó espléndidamente a sus expensas una capilla, adosada al nuevo templo parroquial que por entonces se construía bajo la advocación de  Ntra. Sra. de la Concepción, con el fin de que el ella se pudiera celebrar el culto sagrado y sirviera también para enterramiento de sus progenitores. Esta capilla, que hoy llamamos Capilla de los Capellanes, fue inaugurada al culto con solemne misa pitifical y administración del sacramento de la confirmación a los niños del pueblo el día 11-IV-1632, domingo de Resurrección por el Obispo de Troya y auxiliar de Toledo, don Melchor de Soria y Vera.

En el 1625, entra en amistad con el pintor del Rey Angelo Nardi, de origen Florentino. Este pintor marcó el tránsito al nuevo naturalismo barroco, a él le confió la pintura al fresco y oleos de la citada capilla, hoy conocida como la "Sixtina de la Mancha”.

En escritura pública de 27-XII-1632, dotó D. Sebastián a la capilla para sus reparos y atenciones con censos  por valor de 48.000 maravedíes de renta anual , además de todas las tierras, viñas y olivares que poseía en el término de La Guardia, destinado todo a las capellanías y memorias de misas que pensaba establecer.
Once años más tarde llevó a cabo estas memorias por escritura otorgada ante el escribano de número Juan de Burgos, que afectaba no solo a la capilla y pueblo La Guardia, sino a El Romeral y Toledo.

Hizo para La Guardia las siguientes:
·  Cuatro capellanías para el culto divino en su capilla, marcando a los capellanes las fiestas y misas que debían celebrar, así como la obligación de cantar todos los días la letanía y Salve a Nuestra Señora, señalándoles la retribución correspondiente y nombrando patronos; un varón de su linaje, el inquisidor más antiguo del tribunal de Toledo y uno de los miembros del Consejo de Gobernación del Arzobispado.

·      Memoria de un maestro de escuela para enseñar a leer y escribir a los niños de la villa de La guardia.

·       Memoria para costear la carrera a dos estudiantes de la misma.

·   Otra, para casamiento o entrada en religión de huérfanas nacidas en La Guardia.

Hizo para El Romeral pueblo de sus abuelos paternos:
·       Una Capellania dotada de 50 ducados y dos tierras, con carga de decir los sábados la misa de Nuestra Señora de la Concepción, así como 10 misas para en determinadas fiestas al año. Llamaba para esta capellania a los descendientes de sus abuelos y, a falta de ellos, al presbítero más virtuoso que hubiera en el pueblo, por nombramiento de los tres patronos que designaba para la fundación de la Guardia.

·       Una memoria para maestro de escuela, a quien asignaba 50 ducados para enseñar las primeras letras a los niños del pueblo, debiendo nombrarlos el cura y alcalde mayor de edad de esta localidad.

Hizo para Toledo, asimismo una capellanía en el monasterio de Santo Domingo el Antiguo, con cargo de ciertas misas.

El 20-II-1644, ordenó en Madrid su testamento ante Diego Arroyo, escribano. Dispone que se le sepulte en su capilla de la Concepción de La Guardia, dejando varios aniversarios para cabo de año de su muerte, limosnas y sufragios por su alma, por la de sus padres y abuelos y otros ascendientes y bienhechores, entres éstos, por la de arzobispo Sandoval y Rojas.

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